Cualquier trabajo descansa sobre 3 variables: Plazo de ejecución, Precio y Calidad. Como cliente puedes elejir dos de ellas; como proveedor, la tercera.
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Un trabajo, cualquier trabajo en realidad, descansa sobre tres conceptos fundamentales: el precio, la calidad y el tiempo de ejecución.
Da igual si se trata de una consultoría sencilla o de la construcción del canal de Panamá.
Las discrepancias entre cliente y proveedor son habituales cuando el resultado no se ajusta a las expectativas que cada uno tiene creadas en torno a esos tres fundamentos.
Normalmente, en los contratos que se suscriben entre cliente y proveedor de producto o servicio suelen estas claras las condiciones; pero no siempre es así; es más, normalmente no es así.
Y una vez en marcha, es complejo modificar condiciones y actitudes.
Antes de empezar define claramente 2 aspectos, tanto si eres proveedor como si eres cliente:
1.- En qué consiste la oferta:
- objetivos que se persiguen, realistas y medibles;
- medios disponibles;
- recursos necesarios;
- calendario de ejecución;
- valoración económica justa: ni precios de derribo ni tasaciones absurdas.
- forma de pago explícita.
- plan de acción en caso de extras, imponderables o imprevistos.
Recordad que luego se os exigirá en función de lo prometido. Así que más vale que esté todo claramente definido de antemano.
2.- Una vez aceptada la oferta, en los términos acordados, cumple con lo establecido, en fondo y forma.
Y exigid que el cumplimiento del acuerdo sea mutuo: sin abusos, supuestos, retrasos, evasivas o «poyaques» (pues ya que estamos…).
Pero como las negociaciones no siempre son así de «profesionales», podemos resumir todo el proceso en esta sencilla ecuación:
El cliente tiene «derecho» a elegir dos de las tres variables; el proveedor, la que quede.
Decíamos: Precio, Calidad, Plazo. Juguemos.
Hay tres posiblidades, entendiendo que el cliente siempre intentará presionar en los 3 aspectos: que sea barato, que sea perfecto y que «lo quiero para ayer».
– Quien elije Precio y Calidad, debe ser flexible con el Plazo de entrega; el trabajo bien hecho suele requirir de más tiempo de planificación, ejecución y revisión.
– Quien prefiere Plazo y Calidad, tendrá que asumir un Precio más elevado, por la mayor asignación de recursos que requirirá el proyecto;
– Elegir Precio y Plazo siempre redundará en la Calidad; las prisas no son buenas y por poco precio no conseguirás un profesional cualificado o no obtendrás toda su dedicación.
Caer en la tentación de ceder las 3 variables es garantía de relación insatisfactoria: hacer algo de calidad óptima, a precio inigualable y en tiempo récord es imposible, os prometan lo que os prometan, prometáis lo que prometáis.
Esto no está reñido con la optimización de los recursos y con un gran servicio.
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• Imagen sacada de Los 4 factores de éxito en un proyecto de TI.