Antonio Vizcaya
 

la utópica realidad

Una mano ágil jala del cordón renegrido, haciendo sonar sorda la campana en lo alto de la puerta... por tercera vez.


la utópica realidad

La madera de las paredes con sus cortezas escarapeladas en húmedos pergaminos la miman y él lo sabe; pero es tan real su dolor que insiste en cobijarla, cuidadoso, de tal forma que no se filtreun sólo fermento del viento que chifla tan triste. ¡Y es que es undomingolánguido lluvioso!

 

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