Desafío es la palabra que impulsa esta acción.
Esta pequeña palabra, que encierra el mas grande de los misterios,
desafía constantemente cada tiempo y espacio de la madre vida. La gran madre ”la
vida” tiene infinitas hijas que es “la vidita” de cada uno de los hijos que
parirá en la cuna infinita del universo. ¿Y qué es aquello que le toca a sus
hijos? Vivir. En el parto cósmico de la creación, vive todo aquello que existe,
porque hasta aquello que visiblemente no tiene vida tiene un propósito, y
aquello que ha dejado de existir, vivirá por siempre en lo que existe.
Todo dolor guarda la hermosura de un
resultado benévolo, si es que sabemos esperarlo o encontrarlo, y para eso es el
entrenamiento: vivir. Cada momento nos propone una resolución, y cada
resolución traerá sus consecuencias, ”la madre” repleta de gracia nos brindará
en sus genes dones de distintas necesidades para el reparto del orden del caos.
Nos encontraremos con hechos que ella misma preparó para nosotros, y el resto
dependerá de la decisión del mundo en que nos ha criado, y el mundo interior
que nos ha regalado para resistir en las hostilidades en las que nos prueba
aquel mundo.
Valentía, cualidad imprescindible para
enfrentar todos sus retos.
Coraje, para atreverse a luchar con
dignidad.
Imaginación, para no rendirse ante
cualquier crisis.
Esperanza, para seguir a pesar de
perder batallas.
Sueños, para despertar el mundo.
Exigencia, para no jactarse de uno
mismo.
Bondad, para encender con su luz el
mundo.
Decisión, para vencer el miedo.
Astucia, para saber lo que el mal
pretende de nosotros.
Inteligencia, para saber lo que el bien
quiere de nosotros .
Sabiduría, para llevarnos bien con
“nuestra madre”
Paciencia, para comprender porque así
lo quiere nuestra madre.
Ideales, para que sea la esencia de
todas nuestras acciones.
Comprensión, para llevarnos bien con
nuestros hermanos.
Estas son nuestras armas de las que nos
proveyó “la madre”. Confiemos en que como dignos hijos de ella nos animaremos a
su desafío: vivir.
Romy Villar © 2002