Shadow
of a tiger
A los diez años leí, tal vez íntegramente,
el Quijote, pero no pensé en ser Cervantes. Ni Stevenson, ni Hermann Melville.
Después leí a Poe, y pensé que esa luz
negra podía ser la mía, y que quería y podía ser Poe. Algún día. Tal vez.
Luego Leí El Aleph, y a partir de ahí ya
siempre he querido ser Borges.
No soy Borges, soy una sombra o un reflejo
de Borges.
No soy Borges, ni falta que hace. Pero en
estos tiempos de destrucción, en los que casi nadie es nadie, yo habré sido la
sombra de alguien. No es poca cosa.
Elías F. Gómez García. © diciembre 2002