Han huido
las penas y el silencio,
Y han
bastado tus manos atrevidas,
Para
borrar, en un leve momento,
De mi
pecho las antiguas heridas.
Me he
visto contigo de la mano,
O rodeando
tu brazo mi cintura,
Imágenes
de tiempos olvidados,
Bebiendo de
tus labios tu ternura.
No me creo
cambiado por los años, ni siento,
Que te
hayas transformado, en la noche de estrellas.
Los
jazmines pacientes esperaban su tiempo,
Y su olor
no embrujaba por las calles estrechas.
Pero sé
con certeza, que en Sevilla encontramos,
Tan solo
alguna llave, que nos abrió al momento,
Todos los
sentimientos que en el alma guardamos,
Y nada
recibimos, porque ya estaban dentro.
José Ortiz
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