Poema (erótico)

 

mis pensamientos revueltos, corrompidos,

me llevan al submundo de los recuerdos,

soy la ofrenda de goce para los dioses,

y la cabriola que entretiene a tu sexo.

me dejo divinizar por tus palabras

y en la hojarasca mi pelo se enmaraña.

mi pecho diáfano suda con tu aliento,

y la vaguedad de mi ser, vanamente lucha con tu cuerpo.

el desenfrenado apetito de la humedad de mi cuenco,

el declive hacia mis senos,

la voluptuosidad de mi boca...

y tu espíritu que a punto de abandonarte,

llegamos a la bonanza de nuestras almas.

 

María Gabriela Abeal © 2004

 

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