Le Tub

 

Descontento vagaba (dicen) por las calles de París
en su vejez
y creo saber por qué:
pintó y dibujó mujeres,
cientos, miles, entrando y saliendo del baño,
este aristócrata del lápiz,

y el pastel, descansando
con alguna escena de carreras de caballos
o intimista o planchadoras con sueño bostezaban
y terminó su vida descontento
vagando por las calles de París
y creo saber por qué:
en la mujer está la vida, pero
no se puede apresar la vida con el lápiz,
ni con óleo, con tiza o con pastel,
y el movimiento de una mujer tampoco,

ni el temblor de los senos

o la luz estelar de una sonrisa:
ni siquiera tú, Edgar.

Por eso caminabas pensativo y descontento

al final por las calles de París

melancólicas bajo un sol esplendoroso.

 

Elías F. Gómez García. © 2004

 

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