IMÁGENES PARA LA PAZ Y EL DIÁLOGO UNIVERSAL

El cine: imágenes para la paz y el diálogo entre los pueblos.

El Festival abre dos nuevas ediciones : Zaragoza y Alicante.

Nos hemos propuesto desde el comienzo rescatar una dimensión olvidada del cine, que con frecuencia queda oscurecida por las exigencias de un mercado cinematográfico que privilegia únicamente la banalidad, la violencia y el sexo. Esta dimensión del cine es su condición de vehículo de transmisión de valores espirituales, aquellos que hacen que el hombre sea más auténticamente hombre: libre, entregado, dialogante. Vivimos tiempos difíciles para la paz. Nuestras retinas conservan aún las tremendas imágenes del salvaje atentado del 11 de marzo, como sacadas del peor cine de catástrofe. Improvisamente, todos nos hemos sentido amenazados. Soplan vientos de guerra, y la humanidad se siente sobrecogida ante un futuro incierto. Hoy más que nunca es necesario un cine para la paz, que en lugar de exaltar el odio y el desprecio por el otro, se convierta en una ventana abierta a culturas, pueblos y civilizaciones diferentes. Existe un cine para la guerra. La alianza entre la poderosa industria cinematográfica y los gobiernos ha sido una constante desde los comienzos del séptimo arte. Los gobiernos en guerra han buscado siempre el apoyo de las imágenes para sostener los esfuerzos bélicos y mantener el espíritu nacional, convencidos del inmenso poder que tienen las imágenes para hablar directamente al corazón y mover los sentimientos. Este cine puede alcanzar las cumbres de la épica, o por el contrario rebajarse hasta el tópico, exaltando la violencia y el desprecio por el enemigo, convirtiéndose en instrumento de división.

Así como hay películas que incitan a la violencia, hay también un cine para la paz. Hay películas que dejan en el alma el buen sabor de las mejores y más nobles acciones de que es capaz el hombre, y el deseo de imitarlas. ¿ Este es el cine que queremos rescatar del olvido, y mostrar cómo es posible hacer buen cine, entretener, crear arte, sin tener que doblegarse al dictado de la banalidad, la violencia y el impudor. Este es el cine por el que hay que apostar. Y para ello es preciso conocerlo.

Deseo, pues, de corazón a los espectadores de Zaragoza y Alicante y a todos quienes se acercarán, movidos acaso por la curiosidad, a ver las películas en exhibición, un momento de reflexión y un compromiso decidido por la paz y el diálogo con otros pueblos. Al mismo tiempo, invito a todos a dirigir la mirada hacia la gran pantalla que es la Humanidad

Festival Internacional de Cine y Derechos Humanos
www.elcinetienederechos.org

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